La motivación detrás de los alimentos ultraprocesados se centra en gran medida en maximizar los ingresos y minimizar los costos de producción. Así es cómo:
- Bajos costos de producción: Ingredientes como el azúcar, la sal y las grasas suelen ser baratos, lo que permite a las empresas producir estos alimentos a bajo costo.
- Larga vida útil: Los conservantes prolongan la vida útil, reduciendo el desperdicio y aumentando la rentabilidad.
- Conveniencia: Estos alimentos son fáciles de preparar y consumir, lo que los hace atractivos para los consumidores ocupados, lo que impulsa las ventas.
- Muy palatable: Los alimentos ultraprocesados están diseñados para alcanzar el "punto de felicidad", haciéndolos más sabrosos y fomentando el consumo excesivo.
- Lealtad a la marca: Las atractivas estrategias de marketing y marca, a menudo dirigidas a los niños, crean la fidelidad de los clientes desde una edad temprana.
- Economías de escala: Las grandes empresas pueden producir a granel, reduciendo aún más los costos de producción y aumentando los márgenes de beneficio.
- Cualidades adictivas: Los altos niveles de azúcar, sal y grasas pueden hacer que estos alimentos sean adictivos, fomentando la repetición de compras.
- Marketing dirigido: Las empresas invierten en sofisticadas campañas de marketing, a veces dirigidas a poblaciones vulnerables, para aumentar las ventas.
- Alcance global: Estos productos son fáciles de enviar y almacenar, lo que permite a las empresas acceder a mercados de todo el mundo.
- Cabildeo y regulación: Muchas empresas también participan en esfuerzos de lobby para evitar regulaciones que podrían limitar la venta o producción de alimentos ultraprocesados.
En resumen, las grandes empresas tienen múltiples estrategias para maximizar las ganancias de los alimentos ultraprocesados, desde la producción hasta la comercialización, a menudo a expensas de la salud pública.